reconociendo cada segundo de este futuro hecho pasado,
duele, ver como se desvanecen las agujas del reloj,
sólo, en un silencio desencadenado.
Hoy sólo puedo sonreír porque lo intenté,
intenté hacerte feliz con lo que cabía en mí ser,
intenté darte una oportunidad para seguir viviendo,
me rompí el corazón y es triste, pero es cierto.
Me creía especial por escribirte poesía,
sí, esos versos que antes le escupía a la Luna,
entre palabras y frases te describía,
mi bolígrafo ya te nombraba como musa.
Excusas, no quieros y no puedo sigues diciendo,
¿crees en la lucha fácil contra el tiempo?
quéjate, adelante, quéjate, discute con él
te ignorará y él seguirá corriendo.
Es fácil querer a alguien cuando sólo son palabras,
instantes, alegrías o te acompaña en alguna tristeza,
es fácil decir estaré sin haber presenciado su tortura,
¿alguna vez te fallé? fallé a mi ser por quererte, esa es mi certeza.
Si piensas que contigo voy a caer, te equivocas,
te quiero, es cierto, mas mis sentimientos no se desbordan,
caeré un millón de veces dentro del pozo del olvido,
me levantaré aún sintiéndome vacío.
Te esperé durante tiempo reparándome el hastío,
corazón desolado desalentado y ensombrecido,
perdido y confundido entre la sonrisa y el llanto,
ya no, pidas perdón, porque con esto me largo.
Duro de creer pero seguiré esperando,
mil putadas cometidas ángel de mis errores y mis desencantos.
perdonaré tus actos pero nunca olvido dolores,
perdí mi renacer lágrimas de un fénix escapando.
Intenté dejar de lado mi locura perversa,
comí mis propias palabras para no enseñar horrores que condenan,
guardo bajo mi cama mi autoestima real,
volaré sin ti con estas alas al país de nunca jamás.
Pensé en enseñarte cuál es mi debilidad,
decidido sin margen de error ¿que pudo haber salido mal?
tú, simplemente tú con tu complejo de mar,
y yo, simplemente yo, con mi castillo de cristal.
No soy un puerto con barcos donde atracar,
ni siquiera soy yo mismo, ¿para qué engañar?
estoy cansado de la vida también te supe amar,
te odio, eco en mi mente al hacerte marchar.
Vivo en la casa de mi enemigo, me dio la vida,
y me la arranca entre suspiros,
exalo pensamientos deshilachando sueños,
cosiendo otra sonrisa que ya morirá luego.
Así pasan los días siendo noches,
tardes de madrugada, sueños horrorosos,
pesadillas acabadas, lágrimas en la boca,
sonrisa en el vacío, soledad en ojos rojos de mirarla.
Cual animal ya no razona, solo dispara lo que piensa,
tiene necesidad aunque la muerte llega,
todo lo niega nada acepta no asimila su conciencia,
miente, maldice nunca crece es su condena.
Y yo aquí encerrado hablando del hoy,
mirando el techo hay un hueco en esta habitación,
es un vacío interno, despojos que un alma se llevó,
el tormento y la tormenta que por sí sola impactó.
Lo intenté, joder si lo intenté,
más de un millón de versos soltados por la pared,
escritos con un pincel con la tinta de mi sangre,
hallé mi destrucción dejando que todo arde.
Yo no soy tu lastre, ni tu pañuelo tendido,
soy abrigo, de los líos fríos en lo que he estado metido,
dentro de este búnker espero acabar inmune,
mas estando perdido el tiempo se fue conmigo.
Existo sufriendo injusto ha sido el castigo,
¿por qué corro la suerte de vivir en el olvido?
recuerdo la esperanza, recuerdo la alegría,
aquí nada me salva y cada herida son yagas.
un yo pasajero tan viajero como inquieto,
nervioso y peligroso atento en cada instante,
por si algo falla repararlo a ritmo lento.
Pero siempre seguro, nunca falto de cordura,
inseguridad negrura en mi dictadura,
mi corazón no late yace cansado en el suelo,
él también tiene miedo, él también tiene sentimientos.
Me cansé de mí de dar de sí más de lo que debo,
no recibo nada a cambio sólo muestras de desprecio,
sé que no soy humano pero tampoco soy perro,
no estaré tras de ti, si te quieres ir hasta luego.
Con las puertas abiertas es más fácil que huyas,
no te enfrentes a la vida porque es dura,
lo dudas un momento niegas que has estado aquí,
¿acaso me crees ciego? por alguna razón sé escribir.
Deja que la lluvia caiga que limpie las impurezas,
la tristeza aumenta ¿te das cuenta? acaba como empieza,
nacemos encerrados sólos y rodeados,
morimos encerrados rodeados dejando al mundo sólo.
Todo tiene final y el camino es breve,
sin tiempo para soñar el grito ha de ser fuerte,
sabes a dónde vas con esta existencia endeble,
¿tú tienes hogar? el mío está entre mis papeles.
Un suspiro transforma palacio en un mundo prohibido,
lugar en ruinado liderado por los ansiolíticos,
por otra depresión, y otra pastilla,
por otro sueño que se escapa sin esa morfina.
Y duele tanto, darse de bruces con la realidad,
que, felicidad, tiene ahora fecha de caducidad,
todo anda mal la corriente va hacia abajo,
como escarabajos cogemos la mierda y nos la tragamos.
Harto, de esculpir la piedra que me llena,
tantos días grises que al final verano es primavera,
era, de la pobreza será lo que nos espera,
mientras crisis sea difícil sacarla de la consciencia.
A duras penas andamos a ras de suelo,
ya no quedan penas ilusiones o deseos,
sueño, con poder despertar de este letargo,
no me llames porque siempre ando con el móvil apagado.
Caminando sobre vías del tren, viendo el Sol caer,
no hay otro amanecer para ester ser y sé,
que el humo no recubrirá el papel,
que palabras se las lleva el viento y otras la mentira y la fé.
Después de coger respiración, observo el cielo,
no evito preguntarme qué es lo que estamos haciendo,
se nos está yendo el tiempo como agua entre los dedos,
fugándose dándose golpes contra el suelo.
Así van los días en mi mente, y no quiere despejar,
este cielo lluvioso que me ataca sin piedad, como un puñal,
el frío del invierno me va congelar, más,
de lo que está mi alma en soledad.
Y no quiero despertar de mi sueño final,
por una vez que puedo sonreir la daga se vuelve a clavar,
es mi mártir, realidad, donde no queda fantasía,
si pudiera elegir, contigo quiero vivir más.
Pero no puede ser así siempre, todo nos cambia,
quería ser grande al ser pequeño ahora sólo quiero venganza,
contra el tiempo, porque no me deja ir hacia atrás,
plantearme más los hechos antes de salir a volar.
La agujas mientras corren van matándome,
atándome, con hilo fino a lo que me destroza,
suplicándole, que me arranque la vida sin miedo,
ódiame y ámame porque nunca soy viento.
El oleaje de los mares está invocando mi reino,
mi infierno, mi cielo, me quemo, me muero,
mientras la lluvia cura y borra todos mis recuerdos,
tristeza, alegría, noches frías y descanso eterno.
Yo.